El registro estadístico indica una tendencia: entre más desmadroso está mi cuarto, más lúcida mi conciencia. De eso me doy cuenta cuando ya no tengo ropa limpia que ponerme y reciclar los pantalones de mezclilla, implica pasarles un trapito húmedo. Me hace falta una lavadora, un cesto de la ropa sucia, y una voluntad de fierro para, al menos, poner a remojar cierta ropa.

Bueno, esta madrugada me hubiera encantado que los duendes tendieran mi cama, como los que remendaban los zapatos del zapatarero. ¿Te acuerdas de ese cuento? Era de los Grimm, ¿no?

La magia no existe. ¿Ves como me pongo realista? Será porque está por amanecer y yo con pura coca cola encima.

Me siento contenta. La magia sí existe. Sendos buenos días y buenas noches.

Calcetines.....................................

Comentarios

carlosasecas dijo…
Existe y más cuando uno no pierde, literalmente, el hilo de sus propias experiencias y es honesto consigo mismo.
He seguido con atención sus comentarios con los "aguantavaras" y, sin ánimo de que esto parezca una "palmadita en la espalda y re-etcéteras", no deja de impresionarme que las perspectivas y juicios de otros insistan en influir en su vida suya-de-usté. Cuando (según pienso yo con mi criterio piojil bien chafa) lo más sensato es ser y dejar hacer, léase: que cada quien haga de su culo un papalote. Pero ahí no acaba, cada que la leo (y espero que al decir esto no le cause pavor) siento reencontrarme con algo que tengo muy abandonado: y es el ánimo a estar vivo, a ser de manera plena y sin temor alguno. En pocos tacos: ya no le voy a insistir sobre tener el privilegio de convertirme en su editor de cabecera (aunque tenga la plena certeza que, cuando usted guste, podrá ver publicados sus relatos -paréntesis necesario: aunque luego de 10 años de editar libros uno se va cansando y quién sabe hasta cuándo dure este vicio de difundir palabras ajenas-), pero siempre es un gusto encontrar en sus palabras esa permanente y luminosa terquedad de sorprenderse a sí mismo.

Gracias de nuevo por la compañía de sus palabras (no sabe cómo me han auxiliado en estos tiempos de turbio e íngrimo aislamiento).

el hemíptero desterrado

"relleno" neto y bieeen piojil:
Y que chinguen a su madre los convencionalismos sociales y demás chafeces: su texto sobre el amor (como se lo dije en su momento) me parece de lo más honesto que me he encontrado en muchísimo tiempo; y su carta de respuesta para los respectivos aguantavareros, no tiene madre. He recobrado la esperanza en muchas cosas gracias a ello. ¿Qué más necesita uno?

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