pus, una sombra como de perezosa, como de miel-melaza petrificando insectos en un frasco inmenso de gueva inmensa; sombra de cotidiano espasmo; sombra de niña que soy cuando menseo la nada del ombligo y se me olvida que vengo a hacerle preguntas al mundo, a gritarle dos que tres cositas que me traigo guardadas como recados ancestrales de mis tatarabuelos, y que a ellos se les olvidó también gritar muy fuerte; sombras de fascinación en el placer absurdo; sombra de mujer que no se la cree que es; sombra de gente doliendo cochambre viejo; sombra de todo en mí, adentro; sombra de falta de carencia de escasez de abundancia inmensidad sombra de nada sombra que me camina en los pies cuando camino y que la rumba me safa....esa sombra

espero a que se me seque el pelo; espero encontrar información sobre refrigeradores en internet; espero a que vengas; espero tenerte para mí solita más que un desayuno; espero que estos días pasen más rápido de lo que vienen pasando; espero convertirme en mancha esta noche y depositarme en la almohada hasta integrarme a ella...espero que salga el reven; espero esperar menos y subirme al tren

como tú hoy, a las 5 y media de la mañana, y que haga mucho frío mientras todos caminan --somnolientos todavía algunos-- y una señora barre una calle que suena sola porque duermen los más muertos de frío y de miedo de salir a este día que es casi todavía la noche, pero que suena a hojas de árbol, eco de camiones viejos y recuerdo de olor a lluvia nueva

¿ves cuando pones los labios en una ventana dentro de un vehículo que está caliente mientras todo afuera es invierno, pero vidrio y labio constatan la vida? ahí, através de esa transparencia casi acuática, te pongo un beso

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