Ha salido el sol a media noche

En versión atípica, florece. Todos los corazón palpitan quietamente
mientras los cuerpos reposan en la noche.

¡De veras que salió el sol, y afuera resplandece. Es increíble que no esté la gente para verlo.

Encima, llueve. Llueve en sigilo para no despertar a nadie
gotitas suaves que se vaporizan antes de llegar al suelo.

Hace calor. La media noche pasa quitada de la pena. 29 grados. ¡No se dan cuenta!
Debajo de sus sábanas el pueblo tose, coge, ronca, ronronea, se levanta por un vaso de agua, patea. No se dan color.

Las aves reptan.

Así  que vámonos poniendo de acuerdo: se acabaron los tiempos regidos por maquinitas o relojes de arena. ¡Es más, se acabaron los tiempos! Afuera y adentro ya no. Ya no aquí y allá.

La luna tendrá un amanecer; será de día y los pájaros dormirán a pata suelta, panza pa'rriba
mientras un queso enorme nos tira sus moronas.

Escampará, el calor amainará, y --en piyamas-- toda la gente se saludará gozosa porque ya no habrá qué vestirse ni para qué ir a trabajar.

Comentarios

Entradas populares